Dime a qué hora entras y te diré lo que compras

Cada hora del día tiene su propio tipo de cliente. No es lo mismo pasarte por una tienda 24 horas a primera hora de la mañana que en plena madrugada. Y eso, en nuestras tiendas automáticas, lo sabemos. ¿Nunca te has parado a pensar por qué siempre eliges lo mismo según la hora?

En nuestras tiendas vending abiertas todo el día, cada visita es un pequeño ritual. Desde el café salvador de las ocho, hasta el snack emocional de las diez de la noche. No lo juzgamos, al contrario: nos encanta ver cómo cada hora tiene sus costumbres, sus antojos y su energía.

Mañanas con prisa y mucha cafeína

Las primeras horas del día son territorio de los que van a mil por hora. Lo que más se repite: café, bebidas energéticas, barritas, galletas o algo de fruta deshidratada. Gente que entra con cara de sueño y sale con otro ánimo tras un pequeño chute de azúcar o cafeína.

También es común ver a quienes aprovechan para reponer cosas del día a día: un paquete de pañuelos o un snack saludable para la mochila. Todo en un par de toques y a seguir con la jornada. Rápido y directo.

Tardes de capricho y recarga

Después del mediodía llegan las visitas más variadas. Hay quien entra buscando algo dulce, otros que quieren picotear entre horas, y más de uno que solo necesita una excusa para estirar las piernas. Las ventas de refrescos, chocolates y snacks suben, pero también los productos más curiosos, como accesorios electrónicos o snacks más gourmet.

Es la hora perfecta para el “ya que estoy…”: compras algo que no sabías que querías, pero que te arregla la tarde. Además, muchos aprovechan para compartir algo con amigos o incluso hacer una mini-merienda improvisada. Porque la tienda está ahí siempre, como una solución espontánea a cualquier antojo.

Noches de supervivencia (y antojos sin juicio)

A partir de las 10 de la noche cambia todo. Las luces bajan, las calles se vacían… y nuestras tiendas siguen abiertas. Aquí es cuando el vending muestra su lado más salvador: comidas preparadas, chocolatinas, helados, preservativos, cargadores y cosas que en otro momento del día no pensarías comprar.

Hay quien llega de fiesta, otros que salen de trabajar tarde, y muchos que simplemente no quieren pensar demasiado. Lo importante es que saben que siempre estamos ahí, con todo tipo de productos a cualquier hora. Sin prisas y con ese punto de magia nocturna que tanto nos gusta.

¿Y tú? ¿A qué hora entras?

Lo bonito de una tienda 24 horas es que cada visita cuenta una historia. Puede ser rutina, puede ser urgencia, puede ser un impulso. Pero sea lo que sea, nosotros estamos listos para lo que necesites, cuando lo necesites. Porque sí: hay un producto perfecto para cada hora del día… y tú lo sabes mejor que nadie.

¡Es hora de crecer sin dejar de ser tú mismo!

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